El concreto, es uno de los materiales más utilizado y estudiado para la construcción, debido a su creciente demanda en el mundo. Conforme a tasas de crecimiento actual se prevé que para el 2050 el consumo anual de concreto será de al menos el doble del consumo de los 7,500 millones de metros cúbicos producidos anualmente en la primera década del siglo XXI.
El concreto, es uno de los materiales más utilizado y estudiado para la construcción, debido a su creciente demanda en el mundo. Conforme a tasas de crecimiento actual se prevé que para el 2050 el consumo anual de concreto será de al menos el doble del consumo de los 7,500 millones de metros cúbicos producidos anualmente en la primera década del siglo XXI.
Debido a la creciente demanda, los centros de investigación para el desarrollo de concreto y cemento están planteando medidas de transformación en los procesos productivos para incluir nuevos aditivos. Un ejemplo de los nuevos desarrollos son, los concretos sustentables que permiten una evaluación de parámetros como ahorro de agua y energía.
Desde el punto de vista de ahorro de energía se han diseñado concretos con doble función de absorción y liberación de calor, minimizando las oscilaciones de temperatura interna, con ello se minimiza el uso de acondicionadores. Un ejemplo, es el concreto traslúcido, que se caracteriza por su resistencia y no presentar absorción de agua, permitiendo el paso de una fracción de la energía solar al interior de la construcción.
Otro ejemplo es el proveniente del desperdicio producido por las plantas premezcladoras de concreto que ha representado un problema de residuos sólidos, con lo que se ha decidido fabricar concreto con agregados “reciclados”. Mostrando desempeño similar al del concreto con agregados naturales y reduciendo con ello la disposición de residuos.
El concreto liviano que posee una densidad baja y tiene como uso fundamental la reducción de carga muerta de una estructura de concreto, lo que puede permitir que se reduzca el tamaño de la columna y el cimiento, con el consecuente ahorro de materiales, por ejemplo de acero, lo cual es un principio de la construcción sostenible. Este tipo de concreto tiene excelentes propiedades de aislamiento, lo que favorece el ahorro de energía, además la porosidad del agregado liviano, proporciona una fuente de agua para el curado interno del concreto, que permite el aumento continuo de la resistencia y durabilidad.
Últimas tecnologías en concretos, apuntan al desarrollo de cementos que tengan la capacidad de absorber dióxido de carbono del ambiente, mediante aditivos. El dióxido de carbono se ha convertido en una creciente preocupación debido a las características de absorción de radiación infrarroja, y por tanto precursor del efecto invernadero y del calentamiento global.
En resumen, la selección del tipo de concreto dependerá de las necesidades y el uso de la instalación, hoy en día se cuenta con un amplio abanico de posibilidades muchas de ellas interesadas en la minimización del uso de recursos e impacto al medio ambiente, que continúan en desarrollo.
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